martes, 25 de marzo de 2008

"Pequeños momentos de gran felicidad"

Hoy por la mañana me desplazaba por una de las avenidas principales de la ciudad.... cuando en el trayecto advertí un panel publicitario que contenía la propaganda de una conocida marca de chocolates que tenía como slogan la siguiente frase: "pequeños momentos de gran felicidad"... el mensaje era claro, consumiendo ese producto se conseguía un momento de placer. Iba yo pensando precisamente en el tema de la felicidad, en qué consistía, si corresponde a una necesidad íntima del corazón humano o una ficción nuestra creada para hacer más suave la pesada carga del diario vivir, la fatigosa tarea de seguir viviendo, y me preguntaba después de haber leido esa frase si es que acaso sólo estamos hechos para "pequeños momentos" de felicidad, si es que acaso la felicidad se compra y se la consigue sólo por tajadas. Nuestro derecho a la felicidad se convertiría así en un producto de consumo. En el fondo de esta perspectiva hay una determinada visión antropológica de la felicidad considerada sólo desde el aspecto de los placeres y sensaciones agradables. Una posición asi tan chata hace al ser humano un ser pobre y minúsculo, que no reconoce su deseo de infinito y su apretura a lo absoluto.
Al ser humano la mera inmanencia le resulta estrecha, pues esta hecho de tal forma que su relación con la realidad nunca le resulta suficiente (el mundo nunca le basta, nunca le es suficiente), siempre apira a más, pre-siente más allá de toda experiencia a lo definitivo, lo que pueda dar cumplimiento definitivo a su deseo de felicidad

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